La factura eléctrica

En este apartado encontrarás todo lo que hay que saber sobre la factura energética para que la pueda revisar y mirar si puede optimizar su contrato para tener más ahorro económico y así mejorar la contribución al necesario #AhorrarParaCompartir que el banco de energía promueve para luchar contra las situaciones de proximidad de pobreza energética.

El ahorro en la factura energética no depende sólo del tipo de contrato sino también de cómo utilizamos los aparatos y sistemas que necesitan energía para funcionar. No obstante, revisar el contrato es importante, porque hay partes de la factura que no dependen del consumo sino que se factura un término fijo en concepto de “disponibilidad” del servicio contratado.

Uso de los aparatos

Todos los aparatos que utilizan energía para funcionar hacen una demanda de energía instantánea que llamamos potencia (haciendo el símil con el agua, sería como hablar del caudal de agua). El consumo de energía de un aparato depende tanto de la potencia como del tiempo que funciona.

Pero la potencia es muy importante para saber cómo debe ser el contrato, porque hay que contratar aquella potencia estrictamente necesaria para hacer funcionar los aparatos que hayan de funcionar simultáneamente. Por lo tanto, es fundamental conocer la potencia de los principales aparatos del hogar y planificar su funcionamiento para que sea el menos simultáneo posible. De esta manera podremos saber qué potencia mínima necesitamos contratar.

Los aparatos más eficientes, muy a menudo lo son porque demandan menos potencia que un aparato similar pero ineficiente. La nevera es un electrodoméstico que no demanda mucha potencia pero funciona mucho tiempo y es la responsable de casi una quinta parte (un 20%) del consumo total doméstico; por lo tanto, tener una nevera eficiente es muy importante para ahorrar energía.

Tipos de contratos de electricidad

Hay dos tipologías de contrato: PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), que es un precio regulado y Mercado Libre, donde los precios los fija la comercializadora de energía.

Los PVPC está regulado y actualmente depende de la hora del día, aunque la variación diaria no es significativa si no se tiene discriminación horaria. Véase nueva tarifa eléctrico por horas.

En caso de estar en el Mercado Libre, es bueno comparar precios a través del comparador oficial , pero también es importante tener en cuenta la apuesta por el origen renovable de algunas comercializadoras.

Bonficaciones: el bono social eléctrico

El bono social es un descuento en la factura de energía eléctrica que se aplica si se dan una serie de condiciones, una de las cuales es tener un contrato con tarifa regulada tipo PVPC.

Se definen diferentes grados de vulnerabilidad: Consumidor Vulnerable, Consumidor Vulnerable Severo, y Consumidor en Riesgo de Exclusión Social a quien no se podrá cortar el suministro de electricidad en caso de impago. Cada grado de vulnerabilidad tiene asociado un grado de protección y de bonificación sobre los términos de energía y potencia de la factura. Asimismo, el grado de vulnerabilidad depende de la renta anual del consumidor o de la unidad familiar.

Te lo explicamos detalladamente en este artículo: Nuevo bono social eléctrico

Discriminación horaria: la oportunidad desaprovechada

Dentro de una tipología de contrato, es posible solicitar un contrato con o sin discriminación horaria (lo que antes se conocía como tarifa nocturna, pero que actualmente es más que nocturna y es importante conocerla). La tarifa con discriminación horaria permite una mejor planificación de los consumos.

En la gran mayoría de consumos domésticos, contratar una tarifa DHA (con discriminación horaria) supone un ahorro económico sin ninguna medida adicional.

Si además intentamos cambiar el horario de uso de algunos aparatos a las horas de precio reducido, se conseguirán ahorros mayores.

El proceso para hacer la solicitud a tarifa DHA es sencillo:

Llamar a la comercializadora y pedir cambio de tarifa a 2.0 DHA (para potencias menores a 15 kW). El coste del cambio es de 9 € + IVA.
Un técnico de la distribuidora se desplaza y hace la modificación o cambio de contador sin gasto por parte del cliente.
Hay un mínimo de permanencia de esta tarifa de 12 meses.

Potencia contratada: ¿por qué pagar más si se puede pasar con menos?

La característica más relevante para controlar el coste fijo de la factura es la potencia a contratar, que ya hemos comentado que depende de los aparatos que tengamos y de la posibilidad de no hacerlos funcionar simultáneamente.

Si quieres saber qué potencia mínima caso en tu caso, entra en el aplicativo web gratuito Ahorra con el banco de energía! Podrás descubrir cómo puedes ahorrar en tu factura energética de una manera sencilla, práctica y con consejos personalizados (también en relación a tu factura).

Habitualmente se considera que:

De 3,3 a 4,6 kW es óptimo para la mayor parte de las familias.
De 4,4 a 5,75 kW en caso de tener calefacción y / o cocina eléctrica (vitro o inducción)

El trámite para solicitar reducción de potencia contratada también es sencillo:

Hacer la solicitud a la compañía comercializadora. El coste del cambio es de 10,94 € (IVA incluido), en un único pago incluido en la siguiente factura.
El trámite puede durar entre 3 y 6 semanas, aproximadamente.
Se requiere una permanencia de la potencia solicitada de 12 meses.

Antes de hacer el cambio de potencia hay que tener presente que un eventual incremento de potencia futuro puede tener un coste considerable, tanto por bajos como, en su caso, para la obtención de un nuevo boletín eléctrico de la instalación, que deberá verificar que la instalación está correctamente dimensionada para la nueva potencia incrementada según la normativa vigente en el momento de la solicitud.

Esta situación también se podría dar en una instalación antigua, ya que la compañía distribuidora puede pedir el boletín eléctrico tanto para bajar como para subir la potencia, lo que supone contratar a un profesional para que lo emita (100 a 200 € de coste).

Otros servicios: un negocio para las compañías

Otros costes que se facturen y que no tengan relación con la potencia contratada o la energía consumida pueden ser prescindibles, muy especialmente en instalaciones eléctricas que no son muy antiguas. Normalmente son servicios que no se conocen en detalle y que no se utilizan.